En el contexto de aislamiento social obligatorio debido al COVID-19, es probable que busquemos una mayor conectividad virtual con nuestros abuelos, tíos, hermanos, amigos o compañeros de colegio. Asimismo, el inicio de clases en la modalidad a distancia nos demanda mayor permanencia navegando por Internet, por lo que debemos usar este tiempo de manera responsable y estar cocientes acerca de los peligros a los que podemos estar expuestos.
El acoso es un tipo de violencia que se caracteriza por el hostigamiento intencional, la falta de respeto y maltrato verbal o físico en contra de alguien en forma reiterada por parte de una o varias personas.
Cuando el acoso se da a través del celular o recursos de Internet, como correos electrónicos, páginas web, redes sociales, mensajes de texto, entre otros, estamos hablando de ciberacoso o ciberbullying, que se caracteriza por el anonimato del agresor o la agresora, lo que le facilitará burlarse de ti, iniciar rumores en línea, publicar fotos o vídeos que te causen vergüenza.
El acosador hostiga y humilla a la víctima a través del envío de mensajes negativos e incurre en la publicación de contenidos negativos y perjudiciales de la misma.
Recuerda que el ciberacoso:
• Puede darse desde cualquier lugar, a cualquier hora y varias veces al día.
• Puede ser ejercido por una persona adulta, hombre o mujer; pero también por tus compañeros o compañeras e incluso por otros adolescentes que no conoces.
• Tiene graves consecuencias en nuestra autoestima.
• Genera estados de ansiedad constante, depresión, aislamiento y hasta puede incitarnos al suicidio

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